jueves, 29 de noviembre de 2007

¡Quédate en mi mundo!

Hola (mi) querido mío,

Ya te he comentado que soy de aquellas que se ilusionan fácilmente, y pues también de las que se enamoran con facilidad. Sabes también que mi interés por ti se dio a través de hechos fortuitos.

Lo que no sabes es que antes de conocerte ya estaba enamorada de ti, sí que lo estaba. Pero mi amor es un amor platónico, tú (mi) querido mío eres mi Platón y yo tu Sócrates y te admiraba igual como te admiro hoy.

Y así te fui leyendo a diario. Sin una ley, sin un horario me perdía entre las letras de tus escritos y hasta lo más irrisorio me parecía lo más romántico.

En ese momento, yo estaba saltando entre amores furtivos, amores de una noche y nada más. Me gustaba mi libertad, me gustaba pasar mis noches con una nueva aventura y nada más. Pero no quería eso contigo, no, de ningún modo, contigo no.

Los otros seres han llegado a mí sin que los busque, pero esta vez te busqué. Decidida a querer conocerte te busqué y te encontré. Te encontré frente a un planeta que se opacó cuando llegaste y sonreíste. Todos los seres que habitaban ese planeta se desvanecieron de mi mente cuando te vi. Y así nos subimos a una nave verde y oscura y navegamos por los lugares más recónditos del mundo, de nuestro mundo. Ese mundo que solo estaba hecho para ambos esa noche, nuestra noche.

Cuando decidimos entrar a aquel mundo paralelo, donde los seres tienen ojos diferentes a los nuestros, te tomé de la mano. El tocarte le puso el toque de magia a ese lugar que se convirtió en el cielo, en nuestro cielo. Nos sentamos en una nube donde un pequeño ángel nos visitaba muy seguido, luego el pequeño ángel nos dejó solos para que el encanto de la noche me permitiera ver de cerca lo profundo de tu alma. Después de despojarnos de nuestros cuerpos para conocer lo que habitaba dentro de cada uno nos dirigimos al planeta donde yo habitaba.

El camino fue confuso y difícil, nos llovían meteoritos de realidad a cada paso pero nada importaba en ese momento porque nuestra magia no la pudieron quebrar nunca. Sin embargo, a pesar de haber visto las estrellas tan de cerca, me hiciste visitar de golpe ese planeta, donde habitan seres deformes, llamado tierra cuando mencionaste que no querías complicarme. La realidad de nuestros mundos se hizo presente por primera vez esa noche, no sólo por lo que tu dijiste, sino porque yo no estaba segura de poder dejar las noches furtivas en galaxias lejanas y ajenas.

A pesar de esa pequeña y corta visita al planeta tierra seguimos nuestro curso y así finalmente llegamos al inicio del momento más enigmático de la noche, nuestra noche. Estacionaste la nave frente a mi mundo y después de ir entre la tierra y el cielo te besé. Me miraste y no lo podías creer. Luego tú me besaste. Nos besamos, nos besamos mucho, y así tus besos humedecieron todo mi ser, tus caricias eran tan suaves como las plumas de las aves rozándome la piel. Esa piel que moría de ganas por serte entregada, pero otra vez la realidad de nuestros mundos se hizo presente, y te fuiste…

Hasta hoy no te he vuelto a ver como aquella noche. ¿Por qué bajaste otra vez a la tierra? ¿Por qué no te quedaste en mi mundo? ¿Por qué dejaste que esos seres deformes te hicieran daño?


Vuelve, vuelve ser de brillantes ojos y blanca sonrisa, vuelve a mi mundo que yo te cuido, yo te protejo de la realidad, vuelve con tu ángel de la guarda que en mi mundo hay espacio para ustedes dos.

¿Quieres que te espere? ¿Cuánto tiempo? ¿Un siglo? ¿Dos? ¿Tres? Yo te espero hasta el fin del mundo, de mi mundo. Te espero calmada y tranquila hasta que ese mal que te hizo la tierra sane, deja que sane pero no vuelvas más a ese mundo. No vuelvas a ese mundo porque yo tendré que ir contigo.

Adiós (mi) querido mío, o mejor, hasta pronto… hasta que hagas sanar tus heridas. Yo y mi mundo te estaremos esperando siempre y por favor no te asustes si de vez en cuando me ves en la tierra, solo bajaré para verte de cerca, para ver como van cicatrizando tus penas.

Con cariño,
Kafir

Pd. Trata que las heridas no dejen huellas. Los ángeles no tienen cicatrices.

No hay comentarios: