viernes, 2 de noviembre de 2007

Les Caprices de Kafir


la semana pasada en mi clase de Literatura de los países de habla francesa hablamos sobre Alfred de Musset, un romántico y a la vez trágico escritor francés del siglo XIX (para mí todo indica que el fue la inspiración de los emos por su forma de escribir), quien, entre muchos otros libros, escribió en teatro Les Caprices de Marianne. Este libro, como el título lo dice, habla sobre los caprichos de la joven, voluble, dulce, paciente, tolerante, cornuda y looser Marianne que a pesar de tener a un romántico empedernido y perdidamente enamorado pretendiente, Coelio, decide casarse con un brabucon, patan, asshole, un son of a bitch llamado Claudio, quien hace pasar a la adornada Marianne por los peores sufrimientos habidos y por haber.


Mientras iba pasando el tiempo y la profe contaba la historia de Marianne descubrí que yo también he sido una Marianne por mucho tiempo, y no una ni dos ni tres veces. Iba acordándome de las veces que abandoné a muchos Coelios por quedarme con algún Claudio, quienes me devolvian el capricho de haberlos escogido y de haber choteado al otro verdaderamente enamorado pretendiente, con un par de adornos, no muy agradables ni agraciados, en la cabeza.

Puedo contar muchas historias de Coelios y Claudios, pero sólo voy a contar una de ellas. Cuando yo aún era una inocente y cándida jóven de 17 años conocí a un Coelio verdaderamente bueno y digno de ser el héroe de la novela mexicana de las 8pm. Una persona que estaba siempre ahí para mi, que venía desde muy lejos solo para verme y hacerme reir cuando tenía un problema, una persona que siempre atendía el teléfono a pesar de la hora, un ser con un corazón tan grande como el océano pacífico, un hombre que me amaba y me lo demostraba de verdad. Sin embargo, a pesar del gran prospecto que tuve a mi lado decidí estar con otra persona, un Claudio, quien después de dos meses se aburrió y decidió enredarse con una de tantas haciendo, nosé si a proposito o no, que todo mi entorno se enterara y asi finalmente mi cabeza quedó como una de esas vacas locas con fuegos artificiales en las kermeses de los coles de cono ( por ejem el Pedro Paulet, mi cole), en otras palabras la cachuda del siglo. Yo por obvios motivo opté por no ir corriendo a los brazos de Coelio y dejar asi esa historia que tal vez pudo ser. Ahora el buen Coelio tiene una hermoza niña y está al lado de una mujer que lo ama y que verdaderamente lo merece (a pesar de que sea muy celosa y que eso no me guste).

La pregunta que me hago cada vez que sucede esto es: ¿por qué siempre nos atrae mas lo malo, lo oscuro, lo pérfido? ¿Por qué preferimos al que tiene cara de player y no al que parece seminarista recien consagrado? ¿Qué hace que nos atraiga tanto las cosas que nos hacen daño? Es acaso que nos gusta el papel de mártir, de sufrida, de maria mercedes.

Yo creo que sufrí de webonitis aguda por algún tiempo, fue un lapsus brutus el hecho de encapricharme con el que sabía me haría daño en el futuro, creo que fueron las ganas de intentar cambiar a la persona que me interesaba en ese momento, el tonto hecho de pensar que estando contigo va a ser diferente y le vas a demostrar al mundo que la fuerza del amor, o alguna otra cursileria idiota como esa, va a cambiar al bastardo ese que jamaaaaaaas cambiará, siempre será un gran necio, un estúpido engreido, egoísta y caprochoso, un payaso vanidoso inconsiente y presumido, y nunca, entiendanlo bien, nunca TENDRÁ EL CORAZON PARA QUERER A ALGUIEN que no sea el mismo.

Por eso a pesar de que, como muchos sabran, he optado por estar sola un muy buen y prolongado tiempo cuando decida pasar esta etapa voy a escojer a un Richie y dejar de lado a un Fonzi. Voy a preferir a un Scritch en vez de a un Zack Y por supuesto, a pesar de que me encante su mistisismo, evitaré mirar a Lex Luthor y concentrarme en Clark Kent. Asi que ya saben girls a penas vean a un Claudio rondando huyan, no se acerquen, eviten cualquier tipo de contacto porque guerra avisada no mata gente.. y si las mata será por cojinovas.


De que me sirve que me quiera
esa persona que no quiero que me quiera
si la que quiero que me quiera
no me quiere como quiero que me quiera.


No se hagan problemas.



1 comentario:

Anónimo dijo...

son mujeres, eso lo explika todo.. y lo mas probable es k vuelvas a elegir otro igual... pork asi como los hombres malos no cambian, las mujeres cojudas tampoko lo hacen... god bless yall